lunes, 17 de noviembre de 2014

Peligro y precariedad laboral sobre cuatro ruedas

La decadencia del transporte público



Obsolescencia y falta de mantenimiento ponen en riesgo la vida de los usuarios
El accidente de tránsito acaecido en la zona de Sopocachi de la urbe paceña puso nuevamente en la agenda pública, la urgencia de renovación total del parque automotor del servicio público, cuyas movilidades antiguas y "transformadas" van a tono con el atraso económico del país y con la angurria del capital que privilegia la ganancia frente a la seguridad de los pasajeros y de los choferes asalariados que son los que pagan muy caro, trabajar en condiciones altamente precarias y de gran riesgo.

En Bolivia, "la antigüedad promedio del parque automotor es de 17 años y llega a los 18 años en La Paz" lo que pone de manifiesto que "gran parte de las unidades superan el tiempo promedio de vida útil establecido por las normas estándar internacionales (10 a 15 años)", devela la reciente publicación del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) "País sin industrias, país con empleos precarios. Situación de los derechos laborales en Bolivia 2011 – 2012".



ESTUDIO

El estudio revela que en las ciudades de La Paz y El Alto, con base en un estudio de Pando Solares Consultores (2011) "en el año 2011, 82 de cada 100 micros tenía una antigüedad superior a los 20 años −55% entre 30 a 39 años y 27% entre 20 a 29 años.

Un reducido 12% tenía entre 10 a 19 años y ninguno una antigüedad menor a los 10 años. Entre los buses, el panorama era relativamente similar, con la diferencia que, al menos, el 30% tenía menos de 20 años de antigüedad.

El panorama lo completan los minibuses y los "carrys" cuya situación era "relativamente diferente por cuanto la mayor parte tenía una existencia menor a los 20 años (84% de los carrys y 54% de los minibuses). En este grupo, sólo un 5,4% de los carrys y 19,0% de los minibuses tenía una antigüedad menor a los 10 años, corroborando que el rasgo tecnológico del transporte público en La Paz y El Alto es su obsolescencia, entre otros factores, por la internación masiva de automotores usados en los últimos 13 años", remarca la publicación mencionada.

En la investigación también puede leerse que "el 68% de las movilidades registradas hasta el 2011, eran autos usados transformados y el restante 32% eran originales", concluyendo que "la antigüedad de los motorizados no sólo podría afectar el medio ambiente urbano y poner en riesgo la seguridad de los pasajeros, sino también, la seguridad física y la salud de los propios trabajadores del transporte público que frecuentemente deben lidiar con diversas contingencias mecánicas y el riesgo de sufrir un accidente".

En 2012, según el Registro Único para la Administración Tributaria Municipal (RUAT), el parque automotor estaba compuesto por 1.206.751 automóviles, 79% de los cuales estaban concentrados en el eje central (La Paz, Santa Cruz y Cochabamba). Reportes recientes refieren la existencia de alrededor de 1,5 millones de motorizados, mostrando una tendencia hacia un inusitado crecimiento. En este escenario de decadencia del transporte público, 96 de cada 100 choferes asalariados en el eje central urbano tenían empleos precarios y 38 de 100 trabajaban en condiciones de precariedad extrema, destaca la publicación del Cedla. Vale decir, estos trabajadores tenían empleos temporales, con salarios promedio por debajo del costo de una canasta normativa alimentaria (Bs. 1.792), con jornadas superiores a la fijada por ley (más de 14 horas), sin acceso a la seguridad social, beneficios colaterales al salario ni derechos laborales.

Desde la perspectiva de los trabajadores, el cambio del parque automotor del transporte público debe también ser un cambio drástico para promover empleos de calidad.

Tomado del Observatorio Boliviano de Empleo y Seguridad Social

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