Paulovich ®® La noticia de perfil
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Al retornar de Oruro luego de haber salvado milagrosamente nuestras vidas, mi pariente espiritual Macacha me tomó en sus brazos y me condujo a La Paz en mi motocicleta Harley Davidson. Al retornar a nuestras labores periodísticas, la cholita cochabambina observó que en todos los periódicos se comentaba acerca del accidente carnavalero que se produjo en Oruro, por lo cual sugerí inocentemente la necesidad de que yo le practicase un examen para saber si se hallaba lesionada de alguna parte de su cuerpo, haciendo ella idéntico examen con mi cuerpecito. La ciudadana de Quillacollo negó tal posibilidad y me dijo con certeza de que ambos nos encontrábamos ilesos.
Ante la posibilidad de que la alcaldesa de Oruro, Rocío Pimentel, fuera sometida a un juicio de responsabilidades, Macacha salió en defensa de la autoridad y acusó a la fatalidad el mencionado accidente. Por el afecto y la gratitud que siento por mi comadre, le insistí en hacer un recuento de sus huesos para comprobar si estaban todos ellos en buen estado, pero la cholita se negó de nuevo. Macacha me habló del sambódromo existente en Río de Janeiro y del cambódromo donde se desarrolla ahora el Carnaval de los cruceños. Basado en tales experiencias dije a mi comadre que en Oruro deberíamos construir en breve el diablódromo, pues las diabladas concitan la admiración de quienes visitamos y participamos del Carnaval de esa ciudad.
Mi comadre batió palmas al escuchar mi proposición. Me levantó en sus brazos, me despeinó y lanzó al aire su grito de mariachi “¡ay,ay, aaayyy, Jalisco no te rajes!”, y luego de apechugarme como le dio la gana, me lanzó sobre el sofá del living. A continuación, llamó por teléfono a algunos periódicos de La Paz y de otras ciudades del país para anunciar que su compadrituy sugiere a las autoridades la construcción del diablódromo. Macacha agregó a mi proyecto original que el mismo también podría llevar el nombre de Evo Morales Ayma, que resulta más cabal a un diablódromo que a un aeropuerto internacional que ya tiene el nombre imborrable de Juan Mendoza
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