jueves, 11 de diciembre de 2014

Editorial

Reubicación de la feria navideña


La ordenanza municipal 63/2013 que reubica la feria navideña, de la avenida 6 de Agosto a la calle Montesinos, fue promulgada por la autoridad ejecutiva del municipio en treinta segundos, documento que desapareció un año, con lo que la ubicación de comerciantes de la temporada navideña tendrá que cumplirse y dejar libre la circulación vehicular en la también conocida Avenida del Folklore.

Año tras año la instalación de la feria navideña ocasionaba grandes problemas en el transporte urbano, alterando la circulación de motorizados como de peatones, generando un basural extraordinario y además motivando justificada protesta de los vecinos en varias cuadras de la importante avenida.

La carencia de un centro ferial que se anunció hace año atrás no ha podido concretarse al presente, pese a las buenas intenciones del ejecutivo municipal, pero con muchas interferencias en la parte del legislativo donde no se toman decisiones urgentes para encarar proyectos de beneficio colectivo.

Llama la atención que en este caso expreso de la ordenanza del año pasado, la misma resulte "entrepapelada" aparentemente en el escritorio de un funcionario comunal, por lo mismo que no fue promulgada en esa gestión y ahora reaparece en un momento crucial en las negociaciones entre feriantes, autoridades municipales y vecinos de la avenida 6 de Agosto que mostraron su rechazo a la instalación de la feria.

Todo el problema es consecuencia de la falta de decisiones en el Gobierno Municipal que retrasa el tratamiento de asuntos complejos, como este de la ubicación de un espacio (terreno) donde se disponga la construcción de un campo ferial debidamente implementado y que sirva a centenares de comerciantes "de temporada" que durante el año salen a las calles a vender sus productos, alterando las normas urbanísticas y el respeto ciudadano.

La situación planteada ahora con la aprobación de una ordenanza que dispone la reubicación de la feria navideña en la calle Montesinos, se supone que deberá cumplirse en todos sus alcances imponiendo el principio de autoridad y acudiendo en su caso a las instancias que disponen las leyes.

Por supuesto que el cambio es una solución parcial al problema original, ese que altera la actividad citadina, que obliga a los ciudadanos a transitar por las calzadas en peligrosa competencia con los motorizados y a los vecinos de otro sector que deberán soportar por muchos días la presencia de mucha gente en su zona, lo que tiene otras derivaciones en función de aseo y tranquilidad.

Lo importante es que se trabaje en el proyecto del "campo ferial", como una solución definitiva a la ubicación de comerciantes de temporada y como una responsabilidad de servicio ciudadano que contemple el buen uso de las vías, el respeto a la ciudadanía de a pie y a los conductores de motorizados en su generalidad.

Los comerciantes de la temporada navideña y los otros que salen también a las calles en otros periodos deben comprender que la idea de su reubicación no es coartar su derecho a un negocio temporal, sino ordenar el mismo de modo que no interfiera con las actividades regulares de la población que se ve perjudicada con el uso de ciertas avenidas.

La ocasión es propicia para que estos comerciantes insistan ante las autoridades del municipio un trabajo más concreto para definir proyectos que en su cometido signifiquen mejoras para la ciudadanía en general, sin perjuicios para nadie y con beneficio colectivo. Un campo ferial es una necesidad latente en nuestra ciudad.

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