Gran mercado persa

•  Por: Guillermo Moscoso Bermúdez

El comercio informal prácticamente tiene copadas las aceras y calzadas de la ciudad, gracias a la benevolencia de las autoridades municipales, quienes prefieren ganarse el afecto de este sector, no importa que la mayoría ciudadana sufra las consecuencias de una desordenada ubicación de puestos en diversos sectores de la capital orureña.

Conforme va creciendo esta actividad irregular, vivimos en medio de un gran mercado persa, porque, ya no se respeta a plazas y parques, donde existen vendedores de toda índole.

No hay equívoco alguno con la anterior afirmación, porque es la propia autoridad ejecutiva municipal, que celebra un acuerdo entre feriantes y vecinos de la avenida 6 de Agosto, lo cual confirma que el gobierno comunal, estará siempre dictaminando el asentamiento de comerciantes sobre las aceras, algo que no se puede permitir por respeto al ciudadano.

Así también, la incapacidad municipal, está demostrada, cuando se dice que una ordenanza para trasladar la feria navideña, emitida con el tiempo debido, recién fue promulgada por la Lic. Pimentel el día lunes pasado, porque la autoridad no sabía que había el documento.

Lo malo del asunto no está en hallar culpables del extravío o entrepelado de la disposición, como también licitar cerca a la Navidad, la consultoría del Campo Ferial, algo que debería ocurrir en el primer semestre de este año.

Por esta situación, es hidalgo que las autoridades reconozcan que el error parte de la cabeza administrativa del municipio, causando enorme perjuicio al pueblo de Oruro.

Entonces, es deber de partidos políticos, agrupaciones sociales y todas aquellas que participen en los comicios del mes de marzo del próximo año, formar sus listas de candidatos con personas de perfil profesional adecuado y no con los ya conocidos "oportunistas", que fácilmente se pasan de un bando a otro, una vez instalados en el Concejo Municipal.

El pueblo no debe equivocarse al elegir al nuevo Alcalde y Concejales, porque se tiene la esperanza de lograr obras de envergadura y no simples remiendos, como ocurre en la actualidad.