lunes, 8 de diciembre de 2014

Un hospital en forma para Oruro


No se trata de un reclamo, más bien de un deseo, tener un hospital en forma para Oruro, pues el que tenemos y que adolece de muchos problemas, está realmente fuera de forma.

Muchos años han transcurrido sin refacciones serias al extremo que uno de los más serios problemas del presente, es que la parte frontal del nosocomio está a punto de un derrumbe y necesita urgente atención, además de otras secciones donde el deterioro también es notable.

La urgencia de encarar trabajos de reconstrucción en la parte delantera del Hospital San Juan de Dios, obligó al traslado de varias dependencias, las que han tenido que ser ubicadas temporalmente en ambientes internos creando un latente problema de hacinamiento y por lo mismo disminuyendo la calidad y garantía de servicios en perjuicio de la población.

Las autoridades de salud y las que administran el hospital han planteado a la Gobernación la necesidad de disponer de un presupuesto especial para alquilar ambientes en edificios próximos, de modo que puedan ser desconcentrados algunos servicios y se otorgue un buen servicio a centenares de pacientes que diariamente requieren cuidados médicos. El hecho es que un cálculo estimativo de esa operación, significará 650 mil bolivianos por mes y por el tiempo que dure la rehabilitación del sector frontal del vetusto edificio.

La responsabilidad que hasta hace poco correspondía al Gobierno Municipal en el tema de "mantenimiento" del centro hospitalario, por efecto de disposiciones contenidas en una Ley pasan a las gobernaciones departamentales, de ahí que en el curso del presente mes el Hospital General San Juan de Dios de la ciudad de Oruro, será transferido oficialmente a dominio del Gobierno Autónomo Departamental y cuya primerísima inversión será pagar alquileres para adecuar temporalmente el funcionamiento de muchos consultorios.

Cumplida la transferencia en adecuación a la Ley de Autonomías, se procederá con seguridad a una reestructuración administrativa, en función a criterios de mejoramiento de los sistemas de salud pública, lo que implica una serie de modificaciones en rubros de administración, dotación de equipos, contratación de mayor personal, particularmente de especialidades y otros detalles que la Gobernación deberá contemplar en su próximo presupuesto.

Así se solucionará el problema de nuestro "emblemático" centro hospitalario, orgullo regional y nacional en sus primeros años, ahora sometido a refacciones de urgencia para seguir satisfaciendo una demanda siempre creciente de la población civil que carece del seguro social y no puede acceder a los servicios médicos privados.

De manera coincidente mientras se trabaja en rehabilitar buena parte del vetusto hospital de Oruro con acto, challa y discursos se iniciaron, por así decirlo, las obras del nuevo hospital que estará habilitado en un lapso de dos años y cuyo proyecto corresponde a un centro hospitalario también de tercer nivel, que avanzará en su fase práctica gracias al crédito otorgado por la Agencia de Cooperación Internacional de Corea (Koinca).

La edificación se levantará en la zona Este de la ciudad, en un terreno en el que habían varias canchas de fútbol. La inversión para el nuevo hospital será de 13,5 millones de dólares, de los cuáles 10,9 corresponden a Koinca y 2,6 millones a la Gobernación a través del Ministerio de Salud. Un emprendimiento que de ser incrementado podría permitirnos un hospital en forma, de cuarto nivel como se merece Oruro.

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